lunes, 12 de mayo de 2014

CLEPTOPARASITISMO DE ÁGUILA IMPERIAL SOBRE ÁGUILA CULEBRERA

A veces uno es espectador de un espectáculo de la Naturaleza cuando menos se los espera. Este sábado, en que mi mujer trabajaba, decidí ir a recoger minerales a unas minas de cobre abandonadas en Colmenarejo. La recogida fue interesante, y consciente de que la zona es muy querenciosa para las rapaces, de vez en cuando miraba al cielo en busca de ellas. En una de esas veces fui testigo de un caso de cleptoparasitismo de un águila imperial (Aquila adalberti) sobre un águila culebrera (Circaetus gallicus). Lo cuento en un momento, pero como casi siempre, empiezo por el principio.

Colmenarejo se encuentra al pie de la Sierra de Guadarrama, donde comienzan las rocas graníticas. Dehesas de encinas y fresnos cubren el territorio, y de hecho mantienen una importante cabaña ganadera.

Navas y dehesas de Colmenarejo
El ganado bravo se protegía del sol bajo los fresnos
En esos pastizales las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) buscan insectos y pequeños vertebrados.

Una cigüeña se estira alerta al notar mi presencia
Son muy frecuentes las plantas aromáticas como la lavandas, mejoranas y varias leguminosas. Por supuesto las mariposas las visitan con fruición.

Blanquiverdosa Euchloe tagis, libando en un cantueso
Glaucopsyche melanops o escamas azules
Doncella mayor o Melitaea phoebe
En las zonas abiertas y con matorral también había cogujadas montesinas (Galerida theklae).

Cogujada montesina
A los pocos kilómetros aparecen las minas, en las que abundan rocas de colores poco frecuentes: verdes, azules y moradas.

Mina abandonada de La Pilar
Pero bueno, como contaba al principio, no sólo rebuscaba minerales por las escombreras de la antigua mina, y en una de esas miradas al cielo observé un águila culebrera que cargaba una gran culebra en sus garras. Estaba un poco alejada, pero con prismáticos y el zoom de la cámara se podía ver perfectamente.

Volando hacia la izquierda, una culebrera con una serpiente recién capturada
Cicleando, para ganar altura
Al rato apareció otro águila más grande y oscura, graznando fuertemente y en vuelo de persecución sobre la culebrera, no había duda, era una imperial. La alcanzó y comenzó a acosarla.

La imperial adulta extiende sus alas y cola para hostigar a la culebrera
Acto seguido, temerosa, la culebrera soltó la serpiente que cargaba y la imperial con un espeluznante picado la recogió en vuelo y salió volando en dirección contraria. Había asistido a un acto de cleptoparasitismo, es decir, cuando un animal roba a otro el alimento que había capturado. Es sabido que las imperiales son especialistas en capturar conejos, algo carroñeras y también ladronas, pero no sabía que se jugasen el cuello por una culebra. Está claro que era el territorio de una imperial y ésta defendía su cazadero.

La culebrera, ya sin la serpiente ciclea para ganar altura,
mientras que la imperial hace un picado para recoger a la culebra.


Finalmente, el águila imperial se hace con la presa
Muchos más conocido es el carácter de ladrón de los milanos, y de hecho había un milano negro (Milvus migrans) rondando por si podía aprovecharse de su agilidad y llevarse la culebra al agua.

Milano negro, con sus cuerpo oscuro y cola ligeramente escotada
Otro carroñero apareció al rato, en este caso un enorme buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado planeando
Asombrado con lo vivido seguí otro rato buscando minerales, en este caso en unos afloramientos de cuarzo blanco, en el que se refugiaba una planta venenosa: la digital.

Digitalis sp. entre bloques de cuarzo blanco
No era lo único venenoso que iba a ver. Revolviendo con el martillo desenterré a un escorpión (Buthus occitanicus). El pobre no hacía más que intentar cobijarse bajo las rocas, pero conseguí fotografiarle.

Escorpión en postura defensiva
Tras tantas emociones se me hizo la hora y tomé el camino de vuelta. Sin embargo, aunque ya había visto varias águilas calzadas (Hieraaetus pennatus) a lo largo de la mañana, una pareja quiso salir en la foto y me sobrevolaron bastante cerca. Lo interesante es que cada uno de los ejemplares era de una fase o color. Una clara y la otra oscura.

Vista superior de un águila calzada. Se aprecian las "luces de aterrizaje"
o manchas blancas en el arranque de las alas
Águila calzada de fase clara
Águila calzada de fase oscura
Calzada oscura en que también se observan las "luces de aterrizaje"

miércoles, 7 de mayo de 2014

SISONES, ABEJARUCOS, CURRUCA MIRLONA, AGUILUCHOS... ¡ES LA PRIMAVERA!

Como contaba en la entrada anterior, salvo el jueves, el resto de los días del puente los hemos pasado en Santorcaz, disfrutando de la primavera. El viernes, hicimos la primera salida de la temporada del SACRE (Programa de Seguimiento de Aves Comunes Reproductoras de la Sociedad Española de Ornitología). A pesar de no parar de contar y anotar aves en el cuaderno de campo, aún saqué tiempo de hacer alguna foto.

A veces estar dentro de un coche es el mejor escondite para ver aves, y así nos sucedió con un macho de sisón (Tetrax tetrax) en plena exhibición. Habitantes de cultivos herbáceos y con un plumaje muy críptico en sus partes dorsales, cuando desea marcar su territorio, además de emitir un curiosos sonido audible a gran distancia salta y despliegas sus alas de un blanco níveo para hacerse notar.

Macho inflando las plumas de su cuello contrastado de negro y blanco
Saltando mostrando el blanco de sus alas y partes ventrales
En otra de las paradas, un pinzón macho (Fringilla coelebs) se puso a cantar con su típico “casco” gris azulado y vientre rojizo.

Pinzón vulgar macho
En la última parada un buitre leonado (Gyps fulvus) pasó volando muy cerca y muy bajo en busca de alguna carroña.

Pesado aleteo del buitre leonado
Por la tarde decidimos dar un “paseo” hasta Pezuela de Las Torres donde disfrutamos de los campos mecidos por el viento. También algún pajarillo se atrevió a posar, aunque el fuerte viento no ayudó a detección de aves.

Atardecer en el camino a Pezuela de Las Torres
A la salida de Pezuela nos despidió un precioso jilguero (Carduelis carduelis)
A ras de suelo, el viento no influye tanto y esta enorme escolopendra no temió salir a campo abierto a estirar sus 21 pares de patas.

Escolopendra (Scolopendra cingulata)
El sábado también dimos un corto paseo aunque, esta vez las protagonistas fueron varias mariposas.

Iphiclides podalirius o chupa leche sorbiendo las sales disueltas del barro
Issoria lathonia o sofía
Melitaea phoebe o doncella mayor
En el lavadero, me entristeció ver una mezcla de carpines y truchas, especies piscícolas probablemente liberadas con buena intención, pero que causarán estragos en las poblaciones de anfibios, mucho más amenazadas que estos peces que provienen de Asia y América.

Trucha arcoiris (Oncorhynchus mikiss) incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
El domingo, decidí madrugar un poco e irme yo sólo con mi red de camuflaje. Ya de camino, algunos pájaros se me pusieron a tiro.

Por las mañanas es inevitable ver cantar a las golondrinas (Hirundo rustica)
En los cables comparten posadero las palomas torcaces (Columba palumbus)
y tórtolas turcas (Streptopelia decaocto
Una verderón me observó intranquilo (Carduelis chloris)
Apostado junto a una vieja noguera (Juglans regia) no tardaron en aparecer varias aves a usar sus ramas para marcar el territorio, procesar alimentos o simplemente descansar y acicalarse.

Nada más llegar, un mirlo despeinado se puso a cantar (Turdus merula)
A continuación un abejaruco (Merops apiaster) manipuló
un gran abejorro para no dañarse la garganta con su aguijón 
Después llegó otro individuo, probablemente su pareja
En un posadero orientado al sol éste mostró su pecho turquesa
En el vídeo siguiente se observa como atontan a golpes a sus víctimas para que no dañen sus gargantas al tragarlos. Si ponéis el sonido, además se puede oír esos golpes contra la madera podrida.


Después de un rato, una paloma torcaz llegó para descansar
Antes de irse dedicó un rato a acicalar su plumaje
como se puede ver en la foto y en el vídeo siguiente
 

De nuevo una pareja de abejarucos se posaron,
 uno de ellos con una presa en el pico
Incluso las inteligentes urracas (Pica pica) no me descubrieron
En la misma percha que cuando llegué,
el último pájaro que posó antes de irse fue un mirlo
Satisfecho con la “caza” decidí estirar las piernas y aún me topé con más habitantes alados, aunque a mayor distancia del objetivo de la cámara.

Una cada vez más escasa collalba rubia (Oenanthe hispanica) posa sobre una coscoja
Muy cerca, una curruca mirlona (Sylvia hortensis) aguantó impasible mi presencia,
 prefirió cantar para marcar su territorio
Ya de vuelta a casa, el macho de aguilucho (Circus aeroginosus) lagunero me sobrevoló mostrando el contraste de sus partes dorsales...
... y partes ventrales
El último fue el más pequeño, un buitrón (Cisticola juncidis) que en lugar de cantar en vuelo como es habitual en él, lo hizo posado. En el vídeo siguiente se le escucha
 

 Y así termino, una primavera espléndida pero que necesita agua ya.

domingo, 4 de mayo de 2014

COLLALBAS NEGRAS EN EL ECCE HOMO

Este pasado jueves, aprovechando que era día festivo, subimos con unos amigos al Ecce Homo, uno de los cerros que rodea a la ciudad de Alcalá de Henares. Un intenso sol, alguna cuesta, un par de tortillas y buena compañía hicieron que disfrutásemos de un estupendo día de campo.
En cuanto a naturaleza, tampoco estuvo mal, en un corto trecho se atraviesan varios ambientes, cada uno con su fauna asociada. Destacan las repoblaciones de pinos con diferentes edades aunque en la actualidad han plantado cosas tan diversas como lentiscos y madroños.

Repoblaciones recientes de pinos carrascos (Pinus halepensis)
Los trigueros, habitantes de espacios abiertos (Emberiza calandra)
 aún habitan en pinares jóvenes
En pinares maduros, los pinzones (Fringilla coelebs) son los más numerosos
En algunos lugares sin embargo aún perviven algunos parches de monte autóctono formado por encinas (Quercus ilex) y coscojas (Quercus coccifera).

En término medio, monte autóctono rodeado de pinares
Junto a los pinares, barrancos cubiertos de esparto (Stipa tenacissima) y cortados arcillosos son los hábitats más extendidos.

Cárcavas y barrancas en las arcillas de Alcalá
Las chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) aprovechan los cantiles para anidar
Cogujada montesina (Galerida theklae) otro habitante de los matorrales
Enormes cañahejas (Ferula communis) llamaron nuestra atención
Ruinas como el antiguo castillo árabe de Alcalá o antiguas explotaciones ganaderas también ayudan a la fauna a encontrar cobijo en sus recovecos.

Una collalba negra (Oenanthe leucura) en uno de los lienzos en ruinas del castillo,
 con material en el pico, indicio que muestra la existencia de un nido cercano
Otra collalba, en actitud suplicante se dirige a la collalba de la foto anterior
En esta fotografía se aprecia perfectamente el curioso diseño de sus plumas caudales
Una salamanquesa (Tarentola mauritanica) se pasea sobre un graffiti
Por supuesto, el propio aire, también es un lugar a donde dirigir la cámara en busca de sus habitantes. En lo alto del Ecce Homo, se congregaban un gran número de vencejos (Apus apus) para capturar a los insectos que la brisa levantaba al chocar con la ladera.

Decenas de vencejos se alimentan de plancton aéreo, con la Sierra de Guadarrama
 al fondo y mi facultad en primer término, a la derecha ¡qué tiempos!
La cercanía del vertedero de Alcalá hacía también que el trasiego de cigüeñas, grajillas, garcillas bueyeras y milanos fuese continuo.

Milano negro (Milvus migrans) con su típica cola levemente escotada

En fin, en la entrada siguiente contaré lo que dio de sí el resto del macropuente, ya en Santorcaz.