martes, 25 de marzo de 2014

SERRANÍA DE GUADALAJARA: ALIMOCHE, ARENARIAS Y ERODIUMS

Parte de este fin de semana lo hemos pasado en la Serranía de Guadalajara, una comarca con ricos valores ambientales y patrimoniales. A pesar de que ha vuelto el frío y que el objetivo no fue sólo disfrutar de la Naturaleza, creo que aún puede ser de interés hacer unos breves apuntes de los lugares tan interesantes que visitamos.

HIENDELAENCINA

El viernes visitamos este pueblo famoso por sus explotaciones de plata que hoy se encuentran abandonadas. De hecho en él, a mediados del siglo XIX habitaban en más de 5.000 personas que vivían de esa próspera industria. Hoy no llegan a los 150 habitantes. 
La visita es interesante, por dos motivos: para la recolección de minerales en las escombreras de las minas y para la contemplación de las ruinas de los edificios mineros, que dan una visión un tanto apocalíptica a la zona.

Restos de la Mina Santa Teresa

Entre tanta agujero en la roca, las abubillas (Upupa epops) encuentran lugares donde hacer sus nidos, por lo que abundan en la zona.

Abubilla
Me llamó la atención la gran cantidad de mariposas sofías (Issoria lathonia) que buscaban asolearse en los caminos para entrar en calor. 

Sofía, una mariposa que en estado de oruga se alimenta de violetas

LAGUNA DE SOMOLINOS Y NACIMIENTO DEL RÍO MANADERO

Después fuimos a la Laguna de Somolinos y al nacimiento del río Manadero, un lugar al pie de un alto páramo calizo que al desaguar crea estos accidentes geológicos tan curiosos.

Laguna de somolinos, creada al formarse un tapón travertínico, es decir,
 una acumulación de carbonato cálcico sobre restos de vegetación.
Fuente del Río Manadero que aflora tras infiltrarse en la caliza que forma la Sierra de La Pela

Como veremos, los buitres (Gyps fulvus) son muy frecuentes por toda la zona, al abundar cortados y barrancos.

Buitre leonado
También habitan plantas de bajo porte adaptadas a condiciones climáticas extremas: calor en verano y frío en invierno.

Arenaria ¿tetraquetra?

CERROS VOLCÁNICOS DE LA MIÑOSA

Un lugar interesante, fue visitar la Microrreserva de los Cerros Volcánicos de La Miñosa, que protege una curiosa formación geológica de origen volcánico, que además de un paisaje muy característico, alberga especies únicas en el mundo.





Aspecto general de uno de los cerros volcánicos
Erodium paularense o geranio de El Paular, pequeña planta cuyas únicas 
poblaciones mundiales se encuentran aquí, y en el Valle de El Paular, en Madrid.

ATIENZA

Por fin llegamos a nuestra base de operaciones, el monumental pueblo de Atienza, en el que además de comer y dormir bien, el sábado disfrutamos de su rico patrimonio cultural.

Castillo de Atienza desde el pueblo
En los cielos los buitres surcaban el aire mientras que en las murallas y tejados, los roqueros solitarios (Monticola solitarius) y gorriones chillones (Petronia petronia), marcaban su territorio

Roquero solitario que muestra su color negro azulado
Gorrión chillón chillando, se aprecia levemente la mancha amarilla que tienen en la garganta

CAÑÓN DEL RÍO SALADO 

La mañana y mediodía del sábado, la pasamos pateándonos parte del cañón del río Salado en Santamera. Se trata de uno de los muchos cañones calizos que abundan entre Segovia, Soria, Guadalajara y Cuenca.

Cañón del río Salado
En estos riscos, de nuevo los buitres leonados son los reyes del aire y las rocas.

Buitre volando a baja altura
Buitre bajo una nube
Grupo de buitres en una cornisa
Pero las estrellas de la tarde fueron dos alimoches adultos (Neophron percnopterus) que seguramente acababan de llegar de África y andaban reconociendo su territorio de cría.

Silueta de vuelo característica de los alimoches adultos
En tierra, también algún pajarillo se dejó fotografiar, como este colirrojo tizón (Phoenichrurus ochrurus).

Colirrojo tizón hembra, de colores pardos y cola rojiza
A pesar de la fuerte bajada de temperaturas, insectos, anfibios y reptiles salieron a buscar los rayos del sol, permitiendo buenos acercamientos

Mariposa pavo real (Inachis io) perpendicular al sol para calentarse

Mariposa c-blanca (Polygonia c-album) también calentando motores
Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)
Rana verde común (Pelophylax perezi) entre juncos

SALINAS DE SANAMERA

El río Salado toma su nombre de la gran cantidad de sales que contienen sus aguas y ello es porque atraviesan terrenos con costras de sal formadas en antiguos fondos marinos. Antes de irnos paramos un momento en las salinas de Santamera, que aún hoy se explotan. Resulta curioso encontrar salinas a más de 1.000 metros de altitud y a 400 km del mar más cercano, pero así es la historia geológica.

Aspecto de los saladares, que también se encuentran protegidos bajo la figura de microrreserva

En este ambiente, nos llamaron la atención una pareja de críalos (Clamator glandarius) que buscaban gusanos en la cuneta de la carretera. Sin bajarnos del coche pudimos hacer varias fotos a estos pájaros, también recién llegados de África, emparentados con los cucos. Como ellos, ponen sus huevos en nidos de otras especies y confían la suerte de sus hijos a unos padrastros forzados, sobre todo urracas.

Críalo junto a los carrizales de las salinas

Y esto fue lo más destacado del fin de semana, en el que a menos de dos horas de Madrid pudimos disfrutar de volcanes, salinas, rarezas botánicas y más aves estivales.

lunes, 17 de marzo de 2014

BUITRES NEGROS Y LEONADOS

De nuevo, muy buen tiempo este fin de semana en Santorcaz, así que el domingo anduvimos bajo el sol casi 10 km, tanto por las zonas llanas y altas hacia el Pozo de Guadalajara, como por las zonas más onduladas hacia Los Santos de La Humosa. La primavera parece que quiere llegar y continúan arribando reproductores estivales como las abubillas (Upupa epops), y también otros viajeros en tránsito que hacen paradas logísticas, como las collalbas grises (Oenanthe oenanthe).

Una collalba sale volando de un almendro, se aprecia la banda negra inferior de la cola
Sin embargo, la sorpresa del día la pusieron un par de enormes buitres que nos sobrevolaron a baja altitud. Ya a simple vista se vio que aunque viajaban juntos, cada uno era de su padre y de su madre: uno era un buitre leonado (Gyps fulvus) y el otro un buitre negro (Aegypus monachus). Mientras el primero cría en cortados rocosos y es muy frecuente en las montañas y acantilados fluviales de la Península Ibérica, el otro anida en grandes árboles y es mucho más escaso. Así que siempre alegra ver que aves, que tendrán sus nidos en lugares como La Pedriza, los leonados, o en el Valle del Lozoya, en el caso de los negros, visitan Santorcaz por si algún despojo de un conejo o un perro les quita el hambre.

Buitre leonado con el cuello desnudo, gorguera blanca y dos tonos de plumas en las alas
Buitre negro, todo él de color chocolate negro
Al girar para ganar altura, extiende completamente las alas en 180º
La verdad es que las crisis de las vacas locas, han obligado a estos carroñeros a cubrir mucho más terreno en sus vuelos, al dificultarse, si no prohibirse, el abandono en el monte de los cadáveres de animales domésticos con que se alimentan.

También podría ser calificado como carroñero, o al menos como oportunista, el milano real (Milvus milvus). Una rapaz mediana que anda en paso por estas fechas y que al dar varias vueltas en nuestras inmediaciones, nos permitió ver las características de su silueta y plumaje que le caracterizan.

Por la parte superior muestra una banda de plumas color crema
De perfil se observa su cabeza grisácea y cola que extiende o encoge en función del viento
Desde abajo se observa la cola profundamente escotada y
manchas claras en los extremos de las alas
Igual consideración de parcialmente carroñero y oportunista tienen las cornejas negras (Corvus corone), que andaban persiguiéndose, probablemente para delimitar su territorio. A su vez eran perseguidas por urracas que no las quieren como vecinas. Igual fue este revuelo de alas blancas y negras con reflejos metálicos el que atrajo a buitres y milanos, pues no hay mejores rastreadores de carroña que urracas y cornejas.

Corneja negra posada en un quejigo donde se refugió
del acoso de otros individuos de su misma especie
Cambiando de tercio, escuchamos los agradables cantos de cogujadas comunes, calandrias y alguna alondra en las zonas de cultivos, si bien sólo pude fotografiar a una cogujada montesina (Galerida theklae), emparentada con las anteriores, pero que habitan en zonas más montuosas cubiertas con matorral bajo.

Cogujada montesina en su hábitat característico
Y tras mucho tiempo de ausencia de la mayoría de insectos por el frío, supongo que poco a poco irán tomando protagonismo en las entradas del blog. En este caso el protagonista es un escarabajo depredador que realiza cortos vuelos en zonas con suelo desnudo para capturar a otros insectos: la cicindela (Cicindela maroccana).

Cicindela o escarabajo tigre, nombre que da idea de su capacidad como predador
Aún aprovechamos un ratillo de la tarde para dar un paseo con amigos en este soleado domingo de final del invierno.

Olivos y almendros en primer término, cultivos y carrizales en el centro, monte arbustivo en los cerros y al fondo la Sierra de Guadarrama


lunes, 10 de marzo de 2014

CIGÜEÑA NEGRA EN PASO Y PRIMERA GOLONDRINA

De las nubes, lluvia y viento de las semanas pasadas, hemos pasado al sol radiante que este fin de semana ya hemos podido disfrutar en Santorcaz. El sábado acompañado, y el domingo en solitario, el campo, además de agradable paseos, ha deparado sorpresas, como el avistamiento de una cigüeña negra o la primera golondrina del año en el pueblo. Comienzo con la crónica:
El sábado el sol brillaba y el olor a miel de los almendros acompañaron nuestro paseo.


Sin embargo, algunos pequeños habitantes del matorral no pudieron aguantar el frío de la noche, como esta musaraña (Crocidura russula).

Cola corta, orejas pequeñas, hocico muy apuntado y muelas carniceras,
diferencian a musarañas de ratones y topillos
En los quejigos, los machos de pinzón común (Fringilla coelebs) se desgañitaban para marcar su territorio, poco preocupados de las fotos que les tirábamos.

No es habitual apreciar el obispillo verde de los pinzones

Como dije al principio, el aire limpio fue surcado por otro gran bando de milanos negros (Milvus migrans) en ruta hacia el Noreste.

Milanos girando para establecer un nuevo rumbo
Como en la entrada de hace dos semanas, los milanos llevaban un acompañante que no quería viajar solo: una cigüeña negra (Ciconia nigra), una de las especies más escasas de Europa.

Cigüeña negra, que también se aprecia en la imagen superior, en la parte de arriba
Ya sentados tomando un refresco, una lavandera blanca (Motacilla alba) nos observaba tranquilamente tomando el sol en el caballete de un tejado.

Una lavandera blanca muestra su gran babero negro
Al atardecer, la puesta de sol sacó a la luz las millones de arañas que lanzan sus telas de al viento para viajar hasta encallar en lo que será su próximo hogar.
Telas de araña enredadas en la cebada
El domingo, madrugué algo más, y aunque el cielo seguía azul, el frío de la noche se garraba al cuerpo en cuanto uno se paraba.

El domingo, también la visibilidad era enorme
El primer pájaro en fotografiar, fue una tarabilla (Saxicola torquata) que me observó desde un almendro en flor.

Tarabilla hembra
Las cogujadas montesinas (Galerida theklae) andaban en celo, e incluso también me vigilaron en pareja desde lo alto de un zumaque.

Cogujadas montesinas con su típica cresta y pecho moteado
Durante un buen rato me aposté junto a un zarzal cubierto con una red de camuflaje. La fotografía de más pájaros se facilitó, aunque al no preparar un posadero, era difícil sacar fotos limpias, sin ramas o con la iluminación adecuada.

Casi nunca faltan a la cita los carboneros comunes (Parus major)
Una curruca capirotada hembra (Sylvia atricapilla) posaba junto las flores de un olmo.
 Los machos tendrían el capirote negro
Mirlo hembra (Turdus merula)
Un bonito picogordo (Coccothraustes c.) se ocultó a la sombre de una rama
Un verderón (Carduelis chloris) tomaba el sol con las plumas ahuecadas tas tomar un baño
Un triguero (Emberiza calandra) se acercó y tras un par de cantos se fue
Sin lugar a dudas, los zorzales comunes (Turdus philomelos) siguen siendo
 abundantes en estas fechas, aunque pronto marcharán
También queda algún zorzal alirrojo (Turdus iliacus), con sus remarcadas cejas y flancos rojizos
Con frío ya en el cuerpo, me deshice de mi camuflaje y al salir me topé con un ratonero común (Buteo buteo) que escapó ladera abajo.

Ratonero en vuelo y contraluz
Por último me acerqué al arroyo de la Dehesa para comprobar la "limpieza" perpetrada. A pesar de facilitar el acceso de depredadores y disminuir las zonas de ocultación, una pareja de ánades reales (Anas platyrhynchos) parece que se ha establecido.

La hembra primero y el macho después huyeron de mi presencia
mostrando el azulejo azul de sus alas
En el agua, una pareja de sapos comunes (Bufo bufo) en pleno amplexo se dedicaban a poner huevos.

En los anfibios, normalmente la hembra es de mayor tamaño.
En la foto, se aprecian los cordones gelatinosos de huevos recién puestos.
Si en la foto anterior se muestra cómo la vida busca su propagación, en la siguiente se ve la cruz de la moneda. La carretera hacia Los Santos de La Humosa es una barrera en la que muchos sapos perecen por el sólo hecho de buscar un charco en que poner sus huevos.

En menos de 100 metros y contando sólo uno de los lados de la carretera, pude encontrar restos de 4 sapos. Poco a poco perdemos unos aliados en la lucha contra las plagas que afectan a los cultivos. Carreteras, contaminación del agua, desecación de humedales y miedos trasnochados están acabando con ellos.

lunes, 3 de marzo de 2014

PITOS REALES Y CERNÍCALOS DE CAZA EN LOS PARQUES DE MADRID

Sigue el tiempo variable y este fin de semana sólo hemos salido el domingo por la mañana. El lugar ha sido el más próximo a nuestra casa: el parque de la Cuña Verde de O´Donnell, que cuenta con zonas ajardinadas, pinar y, aún, descampados.
Parecía que tras todo el sábado lloviendo los verdecillos (Serinus serinus) estaban muy activos, comiendo semillas por el suelo o cantando en los árboles aún sin hojas.

Verdecillo macho mostrando su pecho amarillo
El mismo individuo, en el árbol siguiente, también muestra su obispillo o rabadilla amarilla
Con los verdecillos, había jilgueros, y sobre todo, gorriones molineros (Passer montanus). Como he contado otras veces, estos gorriones no se internan por la ciudad, ya que prefieren las afueras y los parques.

Gorrión molinero, mostrando su boina color ladrillo y su "oreja" negra
La nota de color la puso un pito real (Picus viridis), un tipo de pájaro carpintero de color verde de buen tamaño.

Pito real, un pájaro carpintero verdoso y con capirote bermellón
De lado, se aprecia una bigotera negra, lo que indica que es hembra
Estuvo muy entretenido buscando hormigueros, en los que alimentarse. Cuando huyó por la cercanía de un perro nos acercamos a ver los agujeros que practicó en el suelo. En la foto siguiente puede observarse uno de esos agujeros y en el vídeo, cómo introduce su larga lengua pegajosa para atrapar a los insectos.
Agujero hecho por el pito real, para buscar hormigas como se ve en le vídeo siguiente

Y es que en las zonas aún no ajardinadas que aún conserva el parque, existe una mayor biodiversidad, habitando mamíferos como conejos y topillos. Los cernícalos (Falco tinnunculus) patrullan la zona y con el viento de cara se ciernen con los ojos inmóviles a la búsqueda de ratones, topillos o pájaros despistados.

Cernícalo vulgar en vuelo cernido prospectando el suelo.
En el vídeo siguiente se observa cómo maniobra con el viento de cara para permanecer inmóvil y poder detectar cualquier movimiento bajo él.


La verdad es que no se suele mirar mucho al cielo en los parques madrileños, pero siempre es posible detectar alguna rapaz, gaviota o cigüeña en movimiento. En esta época del año pasan muchas rapaces, y pude deleitarme con un bonito milano real (Milvus milvus) que probablemente volvía hacia su lugar de cría más al Norte.

Milano real: como siempre cola escotada y manchas claras en las alas
Y ya yéndonos a casa habiendo tomado un poco el sol y el aire, una lavandera blanca (Motacilla alba) muy confiada se dejó fotografiar para mostrar su lustroso plumaje reproductor de tonos grises, blanco y negro.

Lavandera blanca mostrando su dorso gris y capucha negra
De frente, se observa un gran babero negro, lo que muestra que se trata de un macho