lunes, 3 de marzo de 2014

PITOS REALES Y CERNÍCALOS DE CAZA EN LOS PARQUES DE MADRID

Sigue el tiempo variable y este fin de semana sólo hemos salido el domingo por la mañana. El lugar ha sido el más próximo a nuestra casa: el parque de la Cuña Verde de O´Donnell, que cuenta con zonas ajardinadas, pinar y, aún, descampados.
Parecía que tras todo el sábado lloviendo los verdecillos (Serinus serinus) estaban muy activos, comiendo semillas por el suelo o cantando en los árboles aún sin hojas.

Verdecillo macho mostrando su pecho amarillo
El mismo individuo, en el árbol siguiente, también muestra su obispillo o rabadilla amarilla
Con los verdecillos, había jilgueros, y sobre todo, gorriones molineros (Passer montanus). Como he contado otras veces, estos gorriones no se internan por la ciudad, ya que prefieren las afueras y los parques.

Gorrión molinero, mostrando su boina color ladrillo y su "oreja" negra
La nota de color la puso un pito real (Picus viridis), un tipo de pájaro carpintero de color verde de buen tamaño.

Pito real, un pájaro carpintero verdoso y con capirote bermellón
De lado, se aprecia una bigotera negra, lo que indica que es hembra
Estuvo muy entretenido buscando hormigueros, en los que alimentarse. Cuando huyó por la cercanía de un perro nos acercamos a ver los agujeros que practicó en el suelo. En la foto siguiente puede observarse uno de esos agujeros y en el vídeo, cómo introduce su larga lengua pegajosa para atrapar a los insectos.
Agujero hecho por el pito real, para buscar hormigas como se ve en le vídeo siguiente

Y es que en las zonas aún no ajardinadas que aún conserva el parque, existe una mayor biodiversidad, habitando mamíferos como conejos y topillos. Los cernícalos (Falco tinnunculus) patrullan la zona y con el viento de cara se ciernen con los ojos inmóviles a la búsqueda de ratones, topillos o pájaros despistados.

Cernícalo vulgar en vuelo cernido prospectando el suelo.
En el vídeo siguiente se observa cómo maniobra con el viento de cara para permanecer inmóvil y poder detectar cualquier movimiento bajo él.


La verdad es que no se suele mirar mucho al cielo en los parques madrileños, pero siempre es posible detectar alguna rapaz, gaviota o cigüeña en movimiento. En esta época del año pasan muchas rapaces, y pude deleitarme con un bonito milano real (Milvus milvus) que probablemente volvía hacia su lugar de cría más al Norte.

Milano real: como siempre cola escotada y manchas claras en las alas
Y ya yéndonos a casa habiendo tomado un poco el sol y el aire, una lavandera blanca (Motacilla alba) muy confiada se dejó fotografiar para mostrar su lustroso plumaje reproductor de tonos grises, blanco y negro.

Lavandera blanca mostrando su dorso gris y capucha negra
De frente, se observa un gran babero negro, lo que muestra que se trata de un macho

lunes, 24 de febrero de 2014

¿SE ACABA EL INVIERNO? MIGRATORIAS Y CANTANTES

Por fin ha hecho un fin de semana soleado y hemos pasado unos días en Santorcaz, aunque no tuvimos mucho tiempo de disfrutar del campo. Y digo del campo, que no de la Naturaleza, pues a veces no hace falta salir muy lejos para disfrutar de alguno de sus espectáculos: las migraciones. Está acabando el invierno y las aves migratorias tienen que volver a sus territorios de cría, y ya que las especies más grandes necesitan más tiempo para sacar adelante a sus vástagos, tienen que moverse pronto.

El domingo cuando salía por la puerta de casa, sin saber muy bien por qué, miré al cielo, y muy lejos, sobre la torre de la iglesia, alrededor de 50 milanos negros (Milvus migrans) ganaban altura. El apellido latino de esta rapaz, ya indica que es un gran viajero, y en concreto los individuos europeos gustan de pasar el invierno en las zonas tropicales de África. Cruzan el Estrecho en grupos y después se desparraman por toda Europa.

Grupo de milanos negros a gran altura
Con los prismáticos, y luego en casa aumentando la imagen, pude comprobar que un milano real (Milvus milvus) se había unido a ellos, como buscando compañía. Esta especie también se desplaza desde sus territorios de cría norteños, pero no llega tan al Sur, quedándose muchos de ellos a pasar el invierno en la Península Ibérica.

Milano real en el centro, más claro, con "ventanas" claras en las alas
Justo después de comer, el inconfundible trompeteo de las grullas (Grus grus) de nuevo me hizo mirar al cielo y descubrir un enorme bando de unos 200 individuos que volaba en formación hacia el noreste. Estas grullas que en invierno se alimentan en rastrojos y dehesas de Extremadura y Castilla, previo paso a reponer fuerzas por Gallocanta y alguna otra laguna como la de El Hito, llegarán a criar al Norte de Alemania, Polonia, Rusia y los países escandinavos.

Grullas en formación
En algún momento pararon y dieron varias vueltas para reajustar el rumbo y la altura.

Girando en círculos para reorientarse


Y como digo, tampoco hace falta ir muy lejos para disfrutar de las aves, pues aún con el invierno sin acabar, las aves sedentarias ya proclaman a los cuatro vientos cuales son sus dominios. Ellas no saben solfeo y nosotros no hace falta que paguemos entrada para escuchar sus melodías, pero partir almendras bajo el tibio sol de finales de febrero, mientras cantan mirlos y pardillos, es una de las mejores formas que conozco de digerir una buena paella de domingo.

Poned el volumen en los vídeos, ¡que hasta la cámara de fotos captó los cantos!

Mirlo macho adulto (Turdus merula) en un ciprés
 
Pardillo macho (Carduelis cannabina) cantando

lunes, 17 de febrero de 2014

ÁGUILA IMPERIAL Y PERDICERAS EN EL PARDO

Seguimos sin poder disfrutar de días de campo en Santorcaz por el mal tiempo, pero no nos resignamos a quedarnos encerrados en casa, así que el domingo con algo ya de sol, visitamos el Monte del Pardo. El lugar en el que tuve mi primer trabajo recién acabada la facultad, me trae buenos recuerdos, aunque el hecho de estar constreñido por las vallas de la zona no visitable, me deja un regustillo amargo. En cualquier caso es una placer contar con un lugar en el mismo término municipal de una ciudad de tres millones y medio de habitantes en que es fácil ver especies como el águila imperial, buitre negro o águila perdicera. A ello fuimos y no se nos dio mal...

Lo primero que vimos al llegar a la zona de Mingorrubio fue una gran ave posada en un fresno sobre el río Manzanares. Ya con los prismáticos un precioso macho de faisán (Phasianus colchicus) descansaba tranquilamente en la otra orilla. Cualquiera sabe que tipo animales sueltan en esa finca para solaz de sus majestades y sus invitados... Se trata de una especie asiática que escapa al control de los cotos de caza.

Precioso faisán macho del grupo torquatus, o de collar blanco
cuya distribución original es China
Desde tiempo inmemorial los reyes europeos han querido rodearse de este tipo de aves
También entre las ramas vimos un cisne vulgar (Cygnus olor) que no se asustó ante nuestra presencia. Otra especie de latitudes más norteñas que habita por estos lares producto de escapes y sueltas...

Cisne vulgar, una de las aves de mayor tamaño de Europa
Algunas especies parecían barruntar la mejora del tiempo: un grupo de ánsares o gansos (Anser anser) pasó volando en dirección Norte, en busca de sus zonas de cría tras haberse venido al sur a pasar el invierno.

Añadir leyenda
Por fin apareció algo puramente ibérico, un joven probablemente de segundo año de nuestra especie estrella: el águila imperial ibérica (Aquila adalberti). Esta vez no se trataba de escapes o especies asilvestradas, sólo en España y Portugal puede disfrutarse en libertad de esta gran águila, y a disfrutar de esta especie vienen pajareros de todo el mundo.

Águila imperial ibérica subadulta: aún no posee sus inmaculados hombros blancos,
pero sí en cambio ya se aprecia una nuca más rubia
Y cuando ya volvíamos hacia el coche, dos grandes aves cicleaban a baja altura: una pareja de águilas perdiceras (Aquila fasciata), una especie en fuerte regresión, que en la Comunidad de Madrid, sus parejas se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dedos. El contraluz no ayudaba a disfrutar de estas aves, pero ser un animal tan escaso y poderlo ver y fotografiar durante minutos hizo que nos fuésemos con un buen sabor de boca.

Las perdiceras adultas muestran un cuerpo bastante blanco y cola relativamente larga
Con el sol de cara, el blanco resplandecía incluso a gran altura
Los componentes de la pareja, ciclearon muy próximos entre sí.
En fin, que como había mucha gente sólo las grandes aves del cielo se dejaron fotografiar, pero otros organismos más humildes, pero interesantes, no pudieron escapar a mi objetivo.

Hongo Tremella mesentrica creciendo sobre la rama muerta de un fresno
Hongo Tremella foliacea creciendo sobre el tocón de un álamo
En fin, como siempre, el monte casi nunca defrauda desde las águilas a los hongos hay miles de cosas que descubrir.

Dehesas de El Pardo con la Sierra de Guadarrama al fondo


lunes, 10 de febrero de 2014

Madrid Río... y frío II

El mal tiempo reinante hace que nos mantengamos en Madrid, y como hay pocas ventanas de buen tiempo entre tanta ciclogénesis explosiva, no hemos podido ir a pajarear muy lejos este fin de semana. Un par de horas sin lluvia por la tarde del sábado, y tener Madrid Río a tiro de metro, nos animó a acercarnos a ver si poco a poco aprendo de gaviotas. Son dos especies de gaviotas las que en gran número pueden verse en invierno en Madrid, pero entre tanta gaviota, los ojos expertos son capaces de encontrar especies americanas, estrictamente marinas o septentrionales que arrastradas por las tormentas se refugian en el interior. 


Decenas de gaviotas descansan en el Manzanares...
...mientras varios miles cruzan Madrid hacia los embalses donde duermen.
No soy un experto en gaviotas, así que sólo mostraré las especies más frecuentes a ver si aprendiéndomelas bien, empiezo a distinguir a las que se salgan de la norma.

Una de las más frecuentes es la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), que es de pequeño tamaño. En 2009, alrededor de 65.000 individuos invernaron en Madrid, casi tantas como Cataluña, que cuenta con cientos de kilómetros de costa y humedales como el Delta del Ebro.

Gaviota reidora con plumaje virando al estival: cabeza negra 
Reidora adulta con plumaje aún invernal:
cabeza blanca con mancha negra detrás del ojo
Reidora adulta levantando en vuelo
Reidoras adultas en vuelo con plumaje invernal típico
Las reidoras juveniles se diferencian de las adultas por las manchas oscuras en las alas
La otra especie abundante en Madrid en invierno es de mayor tamaño: la gavota sombría (Larus fuscus). Su población es similar a la anterior: algo más de 66.000 en 2009, aproximadamente las mismas que en la provincia de Málaga.

Grupo de gaviotas sombrías con diferentes plumajes
Sombría con el plumaje y pico de adulto típico
Sombría probablemente de tercer invierno, parecido a una adulta
 pero con pico oscuro y manchas por el cuello
Sombría probablemente de segundo invierno con más manchas por el cuello 
y las alas alimentándose de una carpa muerta
Sombría de primer invierno con el cuerpo completamente a manchas
Como digo, no estoy muy familiarizado con las gaviotas, así que si algún experto pude corregirme con algún comentario, será bienvenido.
Otras aves acuáticas acompañan a tanta gaviota. Algunas son aves principalmente marinas pero que el invierno lo pasan en el interior: los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo).


Grupo de cormoranes grandes descansando
Cormorán con plumaje de cortejo: nuca y "muslo" blanco
Cormorán con plumaje adulto no nupcial: completamente negro
Con reminiscencias menos marinas están las pollas de agua (Gallinula chloropus) y los ánades reales (Anas platyrhynchos).


Polla de agua o gallineta buscando alimento entre las hierbas
Azulón macho con su cuello verde y pechuga castaña
No fuimos los únicos que miraban y fotografiaban a las aves acuáticas del Manzanares y pareció que hasta las palomas (Columba livia) se contagiaron y se asomaban a mirar a las gaviotas.

Palomas asomándose al río
Pues esta es la crónica de la tarde, la noche y la lluvia nos hizo que regresásemos pronto y allí quedó Madrid Río, un lugar cuanto menos curioso en el que se mezclan puentes churriguerescos como el de Toledo y churros como el puente de Perrault.

Puente de Perrault en primer término y el de Toledo al fondo

lunes, 27 de enero de 2014

IDENTIFICANDO AVES EN PARQUES III: PARQUE DEL ALAMILLO

Por motivos familiares, este fin de semana hemos estado en Sevilla y durante una mañana estuvimos paseando y disfrutando por la margen izquierda del antiguo cauce del Guadalquivir y el Parque del Alamillo. Se trata éste de un bonito parque que contiene zonas con vegetación mediterránea, naranjales y estanques que atraen a una gran diversidad de especies. Como sus habitantes son urbanos, tienen más capacidad de aguante ante el ser humano, lo que facilita la toma de fotografías.

Probablemente el más espectacular de los habitantes que descubrimos ese día fue un martín pescador (Alcedo atthis). Son los martines unas avecillas tímidas que a la menor molestia en seguida salen disparadas volando sobre la lámina de agua, dejando al espectador únicamente con un brillo azul cobalto en su retina. Pero este ejemplar estaba muy aquerenciado en una zona de aguas someras y transparentes, donde, ante las perturbaciones de los viandantes, simplemente cambiaba de percha desde la que observar y capturar pequeños pececillos.

Martín pescador macho por tener el pico completamente negro
El mismo martín en una percha diferente
Vista frontal 
En esta imagen se aprecia lo confiado que fue este ejemplar
En esa misma zona de aguas someras y algo de vegetación palustre también se zambullía un gracioso zampullín chico (Tachybaptus ruficollis), que entre inmersión e inmersión miraba de reojo a posibles molestias.

Zampullín chico adulto
Nunca está de más mirar de reojo, porque incluso en los parques, las águilas calzadas (Hieraetus pennatus) acechan a cualquier despistado. Esta especie es estival en la mayor parte de Europa, pero allí en el sur algunos ejemplares se quedan durante todo el invierno, aunque también es posible que fuese un ejemplar retornando a su zona de cría.

Águila calzada de fase oscura
También estivales en Europa son las abubillas (Upupa epops) aunque es verdad que en zonas del sur y oeste de la Península Ibérica se las ve durante todo el invierno.

Abubilla relajada con la cresta recogida
Abubilla acicalándose el plumaje

Como se puede ver en la segunda foto, la abubilla estaba tranquilamente posada en un pino piñonero, atusándose el plumaje, aspecto de vital importancia para el vuelo de las aves y para su supervivencia. No fue la única especie que, o bien aciclándose, o bien bañándose, cuidaba de sus plumas.

Gallineta (Gallinula chloropus) atusándose el plumaje
El mismo individuo en estado de alerta
Un grupo de gorriones comunes (Passer domesticus) se bañan en el Guadalquivir
Ánade real o azulón (Anas platyrynchos) colocándose el plumaje
El mismo individuo en pleno baño
El ave de las dos imágenes anteriores es un ánade real, que en condiciones normales presenta el siguiente aspecto.

Ánade real macho con el plumaje típico
Pareja de ánades reales en que el macho presenta un plumaje raro,
sin el collar blanco del cuello y la mancha rojiza en el pecho,
 lo que sugiere un individuo hibridado con un ejemplar doméstico.

En la lámina de agua del río, también había algunas aves más, tanto autóctonas como alóctonas.

Focha común (Fulica atra) con un curioso reflejo en el agua
de los tirantes del Puente del Alamillo
Ánsar común o ganso (Anser anser) quizás de origen doméstico
Pato criollo (Cairina moschata), especie de América tropical
Este último pato, no fue la única especie alóctona del día pues, con cierto descaro, también las cotorras de Kramer (Psittacula krameri) se detenían a vigilar a los paseantes.

Cotorra de Kramer, especie del Sur de Asia y centro de África
Detalle que muestra la curiosidad de estas cotorras

De manera natural, aunque su nombre nos confunda, han llegado y se han establecido por toda la península las tórtolas turcas (Streptopelia decaocto)

Tórtola turca alerta
También se dejaron ver algunos pájaros, que no pueden llamarse acuáticos, pero que sí frecuentan las orillas de ríos y prados encharcados.  

Lavandera boyera (Motacilla flava) probablemente de la
subespecie nominal con origen el centro de Europa
Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea

En casa descubrí que este ejemplar tenía amputados todos los dedos de una pata y tenía un callo en su lugar, que a pesar de suponerle una cojera, no parecía que le impidiese conseguir alimento.


Similar a estas especies es la lavandera blanca (Motacilla alba) que también busca insectos en las praderas de césped o zonas abiertas.

Lavandera blanca 
El que es un verdadero especialista en buscar alimento en el césped es el mirlo (Turdus merula) que desentierra lombrices en el suelo húmedo.

Mirlo macho
Fueron muchos más los pájaros que vimos ese sábado (carboneros, herrerillos, jilgueros, verderones, verdecillos, pinzones, currucas, bisbitas, etc.) pero ya sólo se dejaron fotografiar un colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) junto a la Torre del Oro, que seguro nidifica entre los huecos de las piedras, y varios mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) que capturaban insectos en vuelo, en el suelo y en el aire.

Colirrojo tizón
Un mosquitero busca insectos en el suelo
Este mosquitero prefiere capturar insectos en vuelo acechando desde un cable
También entre agujeros y piedras descubrimos habitantes no emplumados: ratas.

Rata parda (Rattus norvegicus)

Ya el domingo, en otro agradable paseo familiar por Camas el espectáculo aéreo lo pusieron las evoluciones de palomos de un club colombófilo.

Palomos en plena persecución